Este caso me ayudó a entender cómo una dinámica de lluvia de ideas puede ser una herramienta efectiva para resolver conflictos en el equipo. Permitir que todos compartan sus perspectivas desde el inicio de la reunión fomenta la comunicación abierta y ayuda a alinear los objetivos. Me parece mucho más constructivo que evitar el problema o imponer decisiones sin diálogo.