Tengo algunos años de experiencia liderando equipos de trabajo, para ser más específico, en el área de protección de activos y tiendas de autoservicio. Como un aporte poco popular, me gustaría compartir que, a veces, es necesario dejar que los equipos se dirijan a sí mismos y que tengan la posibilidad de tomar sus propias decisiones. No me refiero a desentenderse de las responsabilidades, sino a hacer partícipes de estas responsabilidades a los colegas. No es lo mismo delegar una actividad que incentivar la proactividad del equipo.
Está claro que no siempre es algo que funcionará, pero cuando las personas se vuelven actores activos, es mucho más fácil que se apropien de su trabajo y que no caigan en la enajenación.
Esta opinión está fundamentada en resultados: la rotación del personal en mi departamento se mantuvo en 0, mientras que la productividad tendía a crecer.