Hoy aprendí que el rendimiento en una empresa se puede ver desde tres niveles: operativo, táctico y estratégico.
También entendí que hay dos formas de crecer profesionalmente:
Verticalmente, cuando subimos de nivel en la carrera, tomando roles más complejos o de liderazgo.
Horizontalmente, cuando seguimos en el mismo nivel, pero con nuevas responsabilidades o especializaciones.
Para avanzar en una empresa, no basta con ser bueno técnicamente. También hay que desarrollar habilidades de comportamiento y asumir tareas más complejas.
Además, es clave que la empresa tenga una buena gestión del rendimiento, y que sus objetivos estén alineados con lo que se espera de los empleados.
Por último, el rendimiento se mide con objetivos que pueden ser cualitativos (como metas estratégicas o financieras) o cuantitativos (como comportamientos y gestión), y se evalúan con escalas como 1, 2, 3 o simplemente si se logró o no el objetivo.