En nuestra última clase, exploramos la importancia de la motivación intrínseca para alinear nuestro trabajo con nuestro propósito. Lucas, aunque no encontraba oportunidades en su empresa para implementar su propósito, decidió tomar la iniciativa y crearlas él mismo. Para lograrlo, decidió:
Poner su propósito en práctica: Ofreció ayuda a sus compañeros, compartiendo conocimientos, enseñando y escribiendo artículos relevantes. Celebrar cada conquista: Reconoció que no solo las grandes victorias cuentan, sino también las pequeñas, para mantener su motivación alta. Enfocarse en el vaso medio lleno: Adoptó una mentalidad positiva, viendo las dificultades como oportunidades de crecimiento. Al cambiar su forma de pensar y actuar, Lucas experimentó un aumento en su motivación y felicidad en el trabajo. Recuerda, la motivación realmente viene de adentro.
¿Te has enfrentado a una situación similar en tu trabajo? Comparte tu experiencia en los comentarios.
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