LA PROCRASTINACIÓN
La procrastinación es como un bug en el sistema operativo de nuestra mente.
Sabemos que existe, ralentiza procesos y consume recursos… pero seguimos posponiendo el momento de arreglarlo. En pocas palabras: es ese while(true){ procrastinar(); } infinito que todos alguna vez ejecutamos.
Ejemplos típicos en versión developer:
1️ Posponer un commit porque “mañana voy a tener más claridad mental”.
2️ Leer mails o notificaciones como si fueran logs interminables en lugar de atacar la tarea principal.
3️ Perder horas buscando el plugin perfecto, cuando la feature puede salir con lo que ya tienes.
Consejos prácticos para hackear la procrastinación:
▪ Divide las tareas grandes en micro-funciones: pequeños pasos que generan sensación de avance.
▪ Usa el “time blocking” o la técnica Pomodoro para concentrarte: 25 min de foco, 5 de descanso, como si fueran ciclos de ejecución optimizados.
▪ Prioriza con realismo: un backlog manejable vale más que un wishful coding lleno de pendientes imposibles.
Herramientas que pueden ayudarte a “debuggear” tu productividad:
Técnica Pomodoro → Evita loops infinitos y fuerza un cierre de ciclo.
Trello / Notion → Organiza ideas y tareas como si fueran tablas hash: rápido acceso y claridad.
Habitica → Convierte la productividad en un juego: tu avatar pierde puntos si procrastinas demasiado.
En programación (y en la vida), la procrastinación no es más que un bug lógico: sabemos qué hacer, pero no lo ejecutamos. La buena noticia es que, como cualquier error, puede solucionarse con disciplina, herramientas y un poco de debugging personal.
La clave está en transformar ese ciclo infinito en un for loop con condiciones claras:
Inicia.
Hazlo.
Termina.
¿Qué técnicas usas tú para ganarle al “código” de la procrastinación?
hashtag#IAenAlura