Recuerdo muy bien hace unos años que estaba como director de un obra de teatro, habiamos durado meses ensayando con dos actores y el equipo de trabajo.
Y preciso un dia antes del estreno de la obra en el teatro nacional, uno de los actores se enferma y no puede asistir.
Ese dia y parte de la noche no teniamos a alguien que fuese capaz de hacer el personaje de un dia para otro. Era algo, casi imposible.
De pronto una persona del equipo me dijo: ¿Por qué no lo haces tú?
Me quede viendola fijamente, pensando por un momento y le dije: ¿Estas loca? No me se el personaje, lo conozco pero hasta ahí. Además, yo solo quiero dirigir.
Me miro, me tomo de los hombre y me dijo: No hay nadie mas que conozca y se sepa ese personaje que tú. No necesitas un guión. Sé el personaje.
La historia es que caí en desespero, nervios, ansiedad despues de escuchar esas palabras. Sin embargo, algo dentro de mi me decia que debia hacerlo y que ella tenia razon. Así, que me tome el libreto a leer esta vez como un actor y no como director.
En fin, aprendi que muchas soluciones estan en nuestras manos pero buscamos donde no debemos por concentrarnos en otras y al final no solucionas nada.
Me marque dos objetivos:
- Entender que yo seria el actor y director de la obra de ahora en adelante.
- Y que debia delegar mis funciones como director y productor para poder fluir.
