Cuando empecé a trabajar como intérprete de servicios médicos estaba muy asustada por la abrumadora carga que involucraba aprender tantos términos médicos en un idioma distinto. Estuve bajo mucho estrés durante los primeros 2 a 3 meses de trabajo, debido a que pensaba que no iba a ser capaz de aprender y aplicar el conocimiento que necesitaba para mi trabajo. Lo que me dejó atrapada en esta zona de estrés durante tanto tiempo fue el no creer que era capaz de hacerlo y el no ver resultados inmediatos en mi proceso de aprendizaje. Tres cosas que aprendí durante este proceso fueron:
- Todos tienen el derecho a equivocarse cuando están aprendiendo algo nuevo. Yo creía que necesitaba aprender todo de manera inmediata, sin embargo, no me permitía equivocarme para poder aprender de mis errores, lo que me llevaba a un mal manejo de la frustración.
- Es mejor hacerlo en grupo. El estudiar en grupo con otras compañeras de trabajo me ayudó a incrementar mi confianza, porque veía que no estaba sola en este desafío. Además, nos apoyabamos las unas a las otras.
- La constancia es importante. Parte de mi frustración se generaba porque mi ego me decía que debia aprender todo de manera rápida, sin embargo, así no es como funciona. Es necesario darle tiempo a nuestra mente para que pueda absorver todo el nuevo conocimiento que le estamos presentando. Aparte de ello, es importante ser constante y estudiar un poco a diario, de esa manera, le damos un descanso a nuestro cerebro y nos aseguramos de que la información está siendo eficazmente aprendida.
