Este enfoque me parece excelente porque combina flexibilidad, seguridad y buenas prácticas. Separar configuraciones por perfiles es una forma muy ordenada de evitar errores y garantizar que la aplicación funcione correctamente en cada entorno. Además, gestionar datos sensibles con variables de ambiente es clave para proteger información crítica, algo que no solo es necesario, sino también profesional.
El uso de Maven para empaquetar y la ejecución dinámica con parámetros son pasos esenciales para hacer que el proceso de despliegue sea más fluido y adaptable. En conjunto, estas prácticas no solo mejoran la calidad del desarrollo, sino que también reflejan un nivel de madurez en la gestión de proyectos. Definitivamente, algo que todo equipo debería adoptar si busca llevar sus aplicaciones a un entorno profesional y seguro.