Situación de Aprendizaje Difícil: Hace unos años, cuando empecé a trabajar en proyectos de climatización, me enfrenté a un problema inesperado durante la ejecución de un proyecto. Se trataba de un sistema de ventilación complejo en un hospital, en un edificio bastante antiguo. La presión por entregar a tiempo, junto con la falta de espacio para instalar y el temor a que cualquier error costara más de lo que el proyecto podía soportar, me generaron mucho estrés. Sentía que no tenía margen de error y esto me dejó atrapado en la zona de estrés, impidiéndome pensar con claridad y aprender de la situación.
Qué me dejó atrapado en la zona de estrés:
Falta de experiencia previa: No había trabajado en un proyecto de esa magnitud antes, lo que aumentó mi inseguridad. Presión por entregar resultados: Sabía que había poco margen de error y que cualquier fallo podía tener repercusiones en tiempo de instalación importantes. Miedo al fracaso: Venía de un entorno donde no fallar era crucial debido a las limitadas oportunidades, y esto me hacía sentir que no podía permitirme un error. 3 Actitudes Diferentes para la Próxima Vez:
Buscar apoyo temprano: En lugar de intentar resolver todo solo, acudiré a colegas o expertos que puedan ofrecer orientación o compartir sus experiencias en situaciones similares. Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino una manera de avanzar más rápido y con más seguridad.
Aceptar el aprendizaje como parte del proceso: En lugar de temer el error, lo veré como una oportunidad de aprendizaje. Aceptaré que equivocarse es parte del camino y que cada error trae consigo una lección valiosa.
Practicar la gestión del tiempo y el estrés: Aprenderé a manejar mejor el estrés a través de técnicas de organización y relajación. Estableceré tiempos para pausas y evaluaciones intermedias, lo que me permitirá mantener la calma y abordar los problemas con una mente más clara.