Salir de la zona de confort no es fácil, pero es un paso necesario para crecer, adaptarnos al cambio y aprender de forma continua.
Aunque reconozco que me da seguridad, quedarse ahí puede limitar nuestro desarrollo personal y profesional.
En un post anterior hablaba también de la procrastinación y de como esta también influye y es un problema actual.
Dar pequeños pasos, fijar metas claras y mantenernos enfocados en el propósito que nos impulsa facilita nuestro camino hacia la zona de aprendizaje.
Ese camino nos implica a la mayoría de nosotros esfuerzo, incertidumbre y a veces, la ansiedad que veíamos en el video, pero también abre la puerta al estado de flow, donde el aprendizaje se vuelve fluido y gratificante. Salir de lo cómodo es una decisión valiente que fortalece la resiliencia, la adaptación y el dominio de nuevas habilidades en nuestro entorno que no deja de cambiar.