En mi caso, al incorporar el hábito de practicar yoga, noté una disminución significativa en mi nivel de ansiedad. Esto ha tenido un impacto positivo en mis hábitos alimenticios, ya que ya no siento la necesidad de comer fuera de los horarios establecidos. Como resultado, me ha ayudado a mantener un peso más equilibrado y a sentirme mejor tanto física como emocionalmente.