La teoría del flujo, desarrollada por Mihaly Csikszentmihalyi, es una de las ideas que más me ha impresionado y que he utilizado para guiar mi propio crecimiento. Una de mis frases favoritas que refleja esta filosofía es "dejemos que todo fluya, y que nada influya más que la fluidez". Esta idea me recuerda que, en momentos de complejidad, es importante permitir que las cosas fluyan naturalmente y no permitir que la tensión o la presión externa interfieran con el proceso.