Si aplicamos la Teoría del Flujo en el trabajo, se podría ver que un profesional puede buscar asignaciones laborales que se alineen con sus habilidades y desafíos personales, al seleccionar tareas significativas y ajustar el nivel de dificultad, un trabajador puede encontrar el flujo en su trabajo diario, lo que conduce a una mayor productividad y satisfacción laboral.