No había escuchado sobre esta teoría y me gusta mucho porque me he dado cuenta de que los momentos en los que más disfruto aprendiendo son justo esos en los que estoy tan concentrada en algo que ni siento el tiempo. Creo que todos necesitamos más de eso: actividades que nos reten, pero que también nos hagan sentir capaces. Es una forma de encontrar equilibrio entre disfrutar y crecer.