La teoría del flujo me hizo pensar que no todo se trata de aguantar y ya. Cuando uno se mete en algo que realmente lo reta, puede sentirse perdido, estresado… pero si no se rinde y recuerda por qué empezó, llega a un punto donde todo empieza a fluir. Ahí, el aprendizaje se vuelve más llevadero, más claro. Aprendí que salir del confort no es solo para los que tienen recursos, también para los que no tienen nada, pero todavía quieren algo. El flow se alcanza cuando le das sentido al esfuerzo.