La técnica Pomodoro es un recordatorio de que el tiempo es un recurso limitado y valioso. Al dividir nuestras tareas en intervalos breves y enfocados, aprendemos a trabajar con intensidad, pero también a respetar el descanso, creando un equilibrio que optimiza nuestra productividad y preserva nuestra energía mental. Es un arte de trabajar de manera consciente, sin apresurarnos ni agotarnos.