Después de escuchar el caso de Luisa, me di cuenta de que a veces, aunque estemos muy comprometidos con una tarea, podemos caer en el error de descuidar otras igual de importantes. La técnica Pomodoro me pareció una excelente herramienta para ayudarnos a mantener el enfoque sin dejar de lado nuestra salud y organización del tiempo. Dividir el trabajo en bloques de 25 minutos y hacer pausas me parece útil para evitar el agotamiento y la ansiedad. A partir de ahora, quiero aplicar este método para administrar mejor mis tareas y tener una percepción más real del tiempo que uso en cada actividad.