Ya estoy inscrito ¿Todavía no tienes acceso? Nuestros Planes
Ya estoy inscrito ¿Todavía no tienes acceso? Nuestros Planes
1
respuesta

Taxonomía de Bloom

Últimamente estuve profundizando en la Taxonomía de Bloom, una herramienta que clasifica los niveles de pensamiento que usamos al aprender. Me ayudó a entender mejor cómo estudio y cómo puedo organizarme para aprender de forma más efectiva.

La taxonomía se divide en seis niveles: recordar, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear.
Cada uno requiere estrategias distintas, y descubrirlas me permitió armar una rutina de estudio más completa.

En el nivel de recordar, uso listas, tarjetas de repaso (flashcards) o repito conceptos en voz alta.

Para comprender, me ayudan los resúmenes, los mapas mentales o explicarle el contenido a alguien.

En aplicar, intento hacer ejercicios prácticos o resolver casos reales.

Cuando quiero analizar, comparo ideas, hago esquemas y me pregunto por qué sucede lo que estoy estudiando.

En evaluar, me gusta reflexionar, debatir o tomar postura frente a un tema.

Finalmente, crear es generar algo nuevo: puede ser un esquema propio, una propuesta o una presentación.

A partir de esto, armé un cronograma semanal que me organiza así:

Lunes: recordar

Martes: comprender

Miércoles: aplicar

Jueves: analizar

Viernes: evaluar

Sábado: crear

Domingo: repaso general

Esta estructura me ayuda a mantener un equilibrio entre estudiar, entender, practicar y también ser creativa con lo que aprendo.
Siento que estoy aprovechando mucho mejor mi tiempo y sobre todo, aprendiendo de forma más consciente.

1 respuesta

Respondiendo las preguntas con base en la investigación realizada con los PROMPTS utilizando la metodología aprendida TAG se pudo responder de la siguiente manera:

La Taxonomía de Bloom revisada proporciona una guía estructurada para desarrollar habilidades de lógica de programación en el contexto de la ingeniería industrial y de automatización. Esta taxonomía se organiza en seis niveles cognitivos: recordar, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear. Cada uno se asocia con objetivos específicos, como memorizar sintaxis de estructuras básicas, explicar algoritmos, desarrollar programas funcionales, identificar errores en código, justificar decisiones técnicas y diseñar soluciones automatizadas. Para facilitar el aprendizaje, se proponen estrategias como flashcards, mapas mentales, pseudocódigo, prácticas con MATLAB o Arduino, y análisis de casos reales.

El enfoque progresivo permite que el estudiante adquiera primero una base sólida teórica y luego avance hacia la práctica, el análisis crítico y la innovación. Por ejemplo, se comienza con actividades como resumir conceptos y elaborar glosarios técnicos, se continúa con ejercicios de programación y simulaciones prácticas, y finalmente se aplican técnicas de debugging, evaluación de alternativas y diseño de proyectos. Esto garantiza una formación completa, que no solo mejora las competencias técnicas, sino también la capacidad de resolución de problemas, toma de decisiones y creatividad en contextos reales de automatización.

Para lograr una formación efectiva, se propone un cronograma mensual que distribuye las actividades conforme a los niveles de Bloom, con una metodología que va de lo más básico a lo más complejo. En la primera semana se trabaja en recordar y comprender; en la segunda, en aplicar conocimientos; en la tercera, en analizar y evaluar; y en la cuarta, en crear soluciones funcionales. Esta planificación, junto con el uso de herramientas como GitHub, TIA Portal, MATLAB y plataformas de simulación, ayuda a consolidar habilidades prácticas y teóricas fundamentales para desempeñarse como ingeniero industrial o en automatización con un enfoque sólido en programación.