Hace cinco años, muchas habilidades manuales y operativas eran fundamentales en el ámbito laboral, especialmente en áreas como la Ingeniería Industrial. Tareas que requerían gran parte del tiempo y del esfuerzo humano eran consideradas esenciales para el buen funcionamiento de los procesos productivos.
Sin embargo, con el avance acelerado de la tecnología y la digitalización, estas habilidades han perdido protagonismo frente a la automatización. Actividades que antes se realizaban de forma manual hoy en día se pueden ejecutar más rápido y con mayor precisión gracias al uso de lenguajes de programación y herramientas digitales.
Esto ha provocado un cambio en las competencias más valoradas. La habilidad de ejecutar tareas repetitivas manualmente ya no es tan relevante; ahora se busca que los profesionales puedan diseñar, automatizar y optimizar procesos. Por eso, habilidades como la programación, el análisis de datos y el pensamiento computacional han ganado terreno y se han vuelto casi indispensables, incluso en carreras tradicionalmente técnicas como la Ingeniería Industrial.
Considero que adaptarse a este cambio es clave para mantenerse vigente y competitivo en el mercado laboral actual.
