En el ámbito profesional y personal, he visto cómo cada vez es más necesario e imprescindible integrar las nuevas tecnologías y avances a nuestras labores diarias. Hace cinco años, las labores se realizaban de manera más empírica y la especialización en una labor era tan alta que, al perder una persona las empresas perdían años de avance y debían empezar de manera empírica a capacitar a nuevas personas. Igualmente, se sentía que cada empresa era una isla con sus propios procesos, formas de solucionar problemas y las limitaciones de crecimiento eran muchas. Hoy en día, la tecnología, los avances y las implementaciones de los mismos tienen poco tiempo de diferencia entre una compañía y otra, el conocimiento está estandarizado y certificado en cada proceso, y la dependencia del conocimiento no se encuentra limitada a pocas personas, lo cual permite a las personas aportar de manera significativa en sus labores.