Cuando pasé del rol de analista de laboratorio al área de ingeniería de procesos, me encontré en un entorno completamente diferente. Dejé de hacer tareas técnicas y específicas para enfrentarme a problemas más amplios, como análisis de eficiencia, reportes productivos y toma de decisiones con impacto en la operación.
Al principio, me costó mucho adaptarme: no tenía total dominio de las herramientas que usaban (como software de datos, balances energéticos, KPIs), y sentía que debía demostrar resultados muy rápido. Esa presión me generó ansiedad, y pasé varios días sintiéndome inseguro, evitando pedir ayuda y comparándome con personas con más experiencia. Eso me mantuvo en una zona de estrés prolongada.
Donde estaba atorado e imposibilitado en la zona de estrés.
El salto de responsabilidades sin un tiempo claro de adaptación.
El miedo a mostrar desconocimiento frente a un equipo nuevo.
La presión autoimpuesta de rendir igual que los demás desde el primer día.
Aptitudes para la próxima vez
Aceptar el cambio como parte del proceso de aprendizaje:
Asumir que todo cambio de posición requiere tiempo, y que no se espera que sepas todo al inicio.
observar más al principio y preguntar a compañeros con experiencia :
Ver cómo trabajan otros y pedir consejos puede ahorrarte errores y acelerar tu aprendizaje.
Registrar lo que voy aprendiendo y celebrar pequeños logros:
Eso ayuda a mantener la motivación y salir del estrés enfocándome en el avance, no en la perfección.
Espero que les ayude a replantearse como afrontar el cambio.