Centrarse en la vida personal es crucial para mantener un equilibrio saludable. Esto implica dedicar tiempo y energía a cuidar de uno mismo, cultivar relaciones significativas, perseguir pasiones e intereses personales, y encontrar momentos de tranquilidad y descanso. Priorizar la vida personal puede ayudar a reducir el estrés, aumentar la satisfacción general y fortalecer la resiliencia emocional.