En una situación de aprendizaje en la que experimenté estrés, fue cuando estaba aprendiendo un nuevo idioma en un ambiente académico muy exigente y competitivo. Me sentía presionado por el tiempo y el alto nivel de los demás estudiantes, lo que me llevó a sentirme abrumado y en ocasiones paralizado por la ansiedad.
Para evitar cometer los mismos errores en el futuro, puedo adoptar las siguientes actitudes:
Aceptar mis limitaciones y enfocarme en mi propio progreso, en lugar de compararme constantemente con los demás.
Tomarme el tiempo necesario para aprender y practicar sin presionarme demasiado, buscando un equilibrio entre el desafío y las habilidades.
Pedir ayuda y retroalimentación constructiva de mis compañeros y profesores para mejorar mi desempeño y abordar mis debilidades.