Así como la sociedad cambia a través de los años gracias a la tecnología, la gestión de una empresa también tendrá que adaptarse para enfrentar nuevos retos y poder sobresalir. La gestión tradicional muchas veces entorpece la innovación y el mejoramiento de procesos que beneficie en la productividad y mejoramiento de resultados ya que la toma de decisiones y la implementación de estrategias se centraliza en unas cuantas personas que tienen un conocimiento general más no profundo de la empresa.
Adicionalmente este modelo incentiva a que los ejecutores únicamente se enfoquen en determinadas tareas lo cual no les facilita ver el panorama general. Es importante saber el alcance de cada trabajo, con que otras áreas se relaciona y como de forma conjunta se puede mejorar ya que una buena dirección deberá de componerse de una constante competencia de ideas de forma descentralizada, ordenada y consensuada a manera que permita involucrar a todos para un buen desempeño.