Cuando comencé a aprender Java, me sentí completamente fuera de mi zona de confort. Era un nuevo lenguaje para mí, lleno de reglas, estructuras y conceptos que no entendía del todo. Me sentía frustrado porque por más que intentaba practicar, los errores no dejaban de aparecer.
Estaba atrapado en la zona de estrés por tres razones principales:
La ansiedad por no entender rápido. La comparación con otros que ya dominaban el lenguaje. La impaciencia por ver resultados inmediatos.
Pero no me rendí. Poco a poco, y con práctica constante, fui reconociendo patrones, entendiendo la lógica, y lo más importante: dejando de tenerle miedo a equivocarme. Hoy, me siento mucho más seguro desarrollando proyectos en Java y hasta aplicando principios como POO o MVC.
En mi próxima experiencia de aprendizaje, aplicaré estas 3 actitudes para no quedarme en la zona de estrés:
Paciencia y perseverancia: todo lenguaje se aprende paso a paso. Practicar con proyectos reales: aplicar lo aprendido con propósito. Pedir ayuda y compartir avances: aprender en comunidad es más efectivo.