Comprendí lo importante que es tener una rutina de aprendizaje estructurada. La procrastinación se presenta cuando caemos en la falsa seguridad, la pereza y las excusas, y entendí cómo nuestro cerebro, en su intento de ahorrar energía, puede frenar nuestro progreso. Esto me hizo reflexionar sobre mis propios hábitos y cómo priorizo el aprendizaje en lugar de encontrar excusas como la falta de tiempo.
Un consejo que planeo aplicar es anotar tareas e ideas antes de estudiar para mejorar mi concentración. También me resultaron útiles los cinco pasos para un aprendizaje efectivo: establecer metas claras, definir el proceso de aprendizaje personal, crear hábitos consistentes, eliminar distracciones y ejercitar el cerebro. La idea de salir de la zona de confort para crecer también resuena conmigo, ya que sé que debo desafiarme más para avanzar.
