En esta clase del curso "Aprender a Aprender", reflexioné sobre la importancia de establecer una rutina de aprendizaje y cómo la procrastinación puede interferir en este proceso. Comprendí que la procrastinación no es más que un mecanismo del cerebro para ahorrar energía, lo cual nos hace caer en la falsa seguridad, la pereza, las excusas y, finalmente, la negación. Reconocer esto me ayudó a entender por qué a veces es tan difícil salir de mi zona de confort.
Algo que me quedó muy claro es la necesidad de tener disciplina y una rutina bien estructurada para evitar distracciones, como la falta de tiempo o el uso excesivo del internet. Aprendí que organizar mi tiempo, incluir pausas estratégicas y permitir que mi cerebro entre en modo difuso son pasos esenciales para consolidar lo que estudio.