Durante este curso hemos explorado el concepto de Lifelong Learning (Aprendizaje de por vida) y cómo el aprendizaje es un viaje continuo. Hemos abordado diferentes métodos de aprendizaje, la importancia de establecer metas SMART y cómo desarrollar hábitos efectivos. Ahora nos enfocaremos en entender qué es la procrastinación.
La procrastinación se define por varios pasos. Comienza con una falsa sensación de seguridad, pensando que tenemos suficiente tiempo y posponiendo las tareas importantes. Luego nos enfrentamos a la pereza, postergando el inicio con promesas de empezar más tarde. A esto le siguen las excusas, justificando nuestra falta de acción por estar ocupados o por otras prioridades. Finalmente, llegamos a la negación, donde incluso cerca del plazo límite seguimos creyendo que tenemos tiempo de sobra.
¿Por qué ocurre esto? Nuestro cerebro está programado para economizar energía y evita salir de la zona de confort, lo que dificulta el inicio de nuevas actividades. Para superar la procrastinación, debemos cambiar nuestra mentalidad y establecer rutinas efectivas de aprendizaje.
Es crucial repetir patrones exitosos previos al enfrentar nuevas tareas. Esto implica establecer una rutina estructurada y disciplinada, gestionando el tiempo de estudio y las pausas de manera efectiva. También debemos identificar y eliminar distracciones como el internet y otras tareas secundarias que nos alejan de nuestros objetivos educativos.
Además, es fundamental tener claras nuestras metas y el proceso de aprendizaje que mejor se adapta a cada uno. Construir hábitos sólidos y enfrentar las distracciones nos ayudará a maximizar nuestro rendimiento. En última instancia, adoptar una mentalidad de crecimiento nos permitirá superar los desafíos del aprendizaje y alcanzar nuestros objetivos con éxito.