Esta lección me hizo ver lo esencial que es la retroalimentación en cualquier proyecto ágil. Entendí que no se trata solo de entregar algo, sino de aprender con cada paso y ajustar en función de lo que realmente necesita el cliente. El ejemplo del departamento fue muy claro: solo al habitarlo se descubren detalles importantes como el frío o la seguridad, y eso solo se puede resolver si hay entregas pequeñas y apertura al cambio.