Imagina que estás construyendo un pastel. En el método tradicional, como Waterfall, harías todo el pastel de una vez, desde la masa hasta la decoración. Luego, lo presentas a tus invitados y esperas que les guste.
Pero, ¿qué pasa si a tus invitados no les gusta el sabor de la masa o la decoración? ¡Ya hiciste todo el trabajo y no puedes cambiar nada!
Con Agile, es como si construyeras el pastel en pequeñas porciones. Primero, haces la masa y la pruebas. Si a tus invitados les gusta, sigues con el relleno. Si no, puedes cambiar la masa o agregar algo más.
La retroalimentación es como probar la masa. Te da la oportunidad de cambiar tu pastel antes de que esté completamente terminado.