Recuerdo que cuando era más joven solía preocuparme mucho por cosas que no podía controlar. Eso me causaba una inmensa preocupación, e incluso signos de enfermedad. Entonces decidí que ya no volvería a actuar así. Me tomo más de noventa días para acostumbrarme a mi nueva realidad, pero me trajo grandes beneficios y mejoro mi salud, mental y física. A veces da un poco de temor, iniciar nuevos hábitos, pero es necesario redirigir nuestro camino.