Para evitar la dilación, es útil establecer un sistema de recompensas efectivas y motivadoras. Por ejemplo, puedes premiarte con un descanso corto después de completar una tarea difícil, o planificar actividades placenteras como leer un capítulo de un libro o ver un episodio de tu serie favorita después de terminar tu trabajo. Establecer metas diarias y celebrar los logros alcanzados también puede ser una forma efectiva de motivación. Además, visualizar los beneficios a largo plazo de completar tus tareas puede ayudarte a mantener el enfoque y evitar la procrastinación.