En el sistema de recompensas siempre habrá una motivación inicial que nos lleva a repetir procesos para luego tener necesidad de satisfacción y esa viene cuando llega la recompensa.
El sistema de recompensa anhela acercarnos al placer y alejarnos del dolor. Por tanto, todas las situaciones que nos parezcan agradables vamos a tender a repetirlas y aquellas que no nos guste la vamos a evitar, evadir o postergar.
El reto real es fijarnos un propósito significativo en las cosas que hacemos, un sentido que justifique los esfuerzos que hacemos todos los días.
Ya que las recompensas por si solas no te van ayudar a sobrepasar las adversidades.
Un propósito realmente importante para ti más allá de las recompensas te ayudará a sobrepasar las adversidades aunque nos parezca incomodo o desagradable.