Pensar en las recompensas puede ser una parte emocionante y motivadora del proceso de establecer nuevos hábitos. Personalmente, he considerado varias formas de recompensarme por alcanzar mis metas diarias o semanales. Entre ellas están disfrutar de mi juego favorito después de completar una tarea importante, dedicar tiempo a practicar mi deporte favorito para relajarme, o simplemente ver algo que me haga reír para despejarme. Además, pasar tiempo con familiares y amigos es una recompensa invaluable que me ayuda a recargar energías y mantenerme motivado. Estas pequeñas recompensas no solo celebran mis logros, sino que también refuerzan mi compromiso con los hábitos que estoy desarrollando.