Una vez luché por aprender un concepto matemático difícil en la universidad. Estaba estresado y ansioso, lo que hacía aún más difícil aprender. Creo que mi propia actitud fue la culpable. Estaba concentrado en lo negativo y me decía a mí mismo que no podía hacerlo. Si tuviera que hacerlo de nuevo, intentaría tener una actitud diferente. Sería positivo, dividiría la tarea en pasos más pequeños y tomaría descansos. Estas actitudes me ayudarían a salir más rápidamente de la zona de estrés y a la zona de aprendizaje.