Hace cinco años, una habilidad fundamental era saber manejar bien herramientas ofimáticas como Microsoft Excel a nivel avanzado. Aunque sigue siendo útil, ya no es tan diferenciadora como antes, porque muchas tareas repetitivas ahora se automatizan con inteligencia artificial o plataformas más intuitivas. Hoy en día, lo que realmente marca la diferencia es saber interpretar datos, adaptarse rápido a nuevas tecnologías y tener pensamiento crítico para tomar decisiones, más que simplemente dominar una herramienta técnica.