Hace algunos años, el uso de inteligencia artificial (IA) no era bien visto o incluso se evitaba. Se consideraba que hacer las cosas “a mano” era lo correcto y más profesional.
Hoy, me doy cuenta de que la IA no solo está presente, sino que debe implementarse como una herramienta más en nuestro día a día. Usarla con criterio y responsabilidad nos permite ser más eficientes y enfocar nuestro tiempo en tareas realmente importantes.
Eso sí: la IA es una herramienta, no un reemplazo. Nuestro criterio, creatividad y pensamiento crítico siguen siendo fundamentales.