En un entorno laboral en constante cambio, mantener nuestro conocimiento actualizado se ha vuelto esencial para seguir siendo relevantes y aportar valor.
Hace cinco años, una habilidad clave en muchos sectores era el dominio técnico de ciertas herramientas tradicionales. En mi caso, por ejemplo, el uso avanzado de Excel era considerado una competencia diferenciadora. Hoy, si bien sigue siendo útil, ha sido superada por herramientas más dinámicas como Power BI, Google Data Studio o incluso lenguajes de programación para análisis de datos como Python.
Lo que está cambiando en el mercado laboral es la velocidad con la que la tecnología redefine los roles y las expectativas. Las empresas ya no buscan solo ejecutores, sino profesionales que piensen estratégicamente, que entiendan el impacto de la tecnología y que puedan aprender de manera continua.
En este contexto, considero que los puntos clave de estudio hoy deberían enfocarse en:
Adaptabilidad al cambio
Análisis de datos e interpretación de información
Pensamiento crítico y resolución de problemas
Comunicación efectiva, especialmente en entornos remotos o híbridos
Comprensión básica de inteligencia artificial y su aplicación en el trabajo