Hace cinco años, dominar Java u otro lenguaje popular era clave para garantizar un empleo en ingeniería de sistemas. Hoy, el panorama ha cambiado: se requiere un perfil más técnico que incluya conocimientos en herramientas modernas como Docker, conceptos de inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes. Esto refleja la evolución del sector hacia la innovación y la necesidad de adaptarse a demandas más complejas del mercado.