Es innegable que la tecnología ha transformado la forma en que trabajamos, tanto en términos de la eliminación de algunos trabajos como en la creación de otros nuevos. En particular, el uso de drones para la fumigación en el campo ha revolucionado este proceso. Anteriormente, los trabajadores debían pilotar una avioneta fumigadora y eso requería habilidades especializadas y un gran esfuerzo físico. Con el uso de drones, los trabajadores ahora pueden controlar la fumigación desde tierra, lo que no solo facilita el trabajo, sino que también reduce el riesgo de accidentes y enfermedades relacionadas con la exposición a químicos. Este ejemplo es un claro indicador de cómo la tecnología puede mejorar y optimizar el trabajo humano.