Para analizar si estás aplicando correctamente los conceptos de la clase, te sugiero que te preguntes:
¿Estoy entregando valor rápidamente? ¿Estoy trabajando en ciclos cortos y entregando resultados tangibles a mi cliente o usuario? ¿Estoy adaptándome a los cambios? ¿Estoy abierto a recibir feedback y ajustar mi trabajo en función de las necesidades del cliente? ¿Estoy involucrando al cliente en el proceso? ¿Estoy trabajando en colaboración con el cliente para asegurarme de que estoy entregando lo que realmente necesita? Recuerda que la agilidad se trata de ser flexible y adaptable. No hay una fórmula mágica, pero si estás trabajando en ciclos cortos, entregando valor y adaptándote a los cambios, estás en el camino correcto.