Si creamos unas reglas directamente estrictas para un tipo de ejecutor sin darle la autonomía para solucionar puede afectar en algo.
Si creamos unas reglas directamente estrictas para un tipo de ejecutor sin darle la autonomía para solucionar puede afectar en algo.
Podría haber problemas no previstos, que al no darle al ejecutor el espacio para resolver, esta resolución puede demandar mucho tiempo y así no se conforma una empresa agil.
Sí, ya que el modelo tradicional fue pensado en un momento histórico, donde los cambios presentados no eran tan inmediatos, por lo tanto el contar con un enfoque ágil lo cual es sinónimo de flexibilidad permite responder de una forma más oportuna a una demanda solicitada.
Sí, ya que el modelo tradicional fue pensado en un momento histórico, donde los cambios presentados no eran tan inmediatos, por lo tanto el contar con un enfoque ágil lo cual es sinónimo de flexibilidad permite responder de una forma más oportuna a una demanda solicitada.
Considero que las empresas deben evolucionar también sus modelos o metodologías de trabajo, el mercado va cambiando, va avanzando a nuevas tendencias y no podemos quedarnos en el pasado.
Bajo una estricta reglamentación y ordenamiento en mandos siempre se encuentran desvíos en los subordinados, sin flexibilidad no hay constancía y debido a una gestión tradicional el desgaste de un ejecutor puede causar fracasos.
Bajo una estricta reglamentación y ordenamiento en mandos siempre se encuentran desvíos en los subordinados, sin flexibilidad no hay constancía y debido a una gestión tradicional el desgaste de un ejecutor puede causar fracasos.
En el contexto empresarial, sobre todo en empresas familiares, los Directivos suelen ser los dueños, donde su jerarquía está muy marcada, y son ellos quienes toman el rol de "pensadores", enviando las indicaciones a los empleados/ejecutores, y así el servicio al cliente. Sin embargo, en mi experiencia, no hay espacio para la retroalimentación por parte de los ejecutores hacia el pensador, lo que impide que algunos procesos sean mejorados, y por tanto la experiencia del cliente, ya que los ejecutores somos los que la mayoría de las veces vivimos la falta de eficiencia, las quejas de los clientes, y con ello, poensamos en formas más efectivas de dar un servicio o vender un producto, aunque esto no sea tomado en cuenta, y por lo tanto, los clientes son quienes pagan el precio de la falta de efectividad en lo que consumen.