Cuando se va a estudiar, es fácil procrastinar viendo un video, usando el celular o haciendo cosas que no nos enriquecen, pero sí nos distraen. Además, situaciones o problemas personales pueden dificultar la concentración, afectando nuestro rendimiento académico y productividad.
Para enfrentar estos desafíos, es útil:
1. Crear un ambiente libre de distracciones: Establecer un lugar de estudio donde no haya acceso a dispositivos o actividades que distraigan.
2. Establecer horarios específicos: Dedicar tiempos determinados del día exclusivamente para el estudio.
3. Gestionar los problemas personales: Buscar formas de manejar el estrés y las preocupaciones, como practicar técnicas de relajación o buscar apoyo emocional.