No son necesariamente 21 días. En realidad, no hay un número exacto para formar un hábito, aunque se suele hablar de un rango. Puede tomar desde 18 días hasta 8 meses, y eso depende mucho de tres cosas: el tipo de hábito, la persona y las circunstancias. Lo más importante es entender que no es un proceso de todo o nada. Es algo que se construye poco a poco