Una propuesta de valor debe diseñarse en función del mercado al que vayamos a dirigirnos, así como en función del producto o servicio que ofrezcamos. Nuestra principal misión será la de satisfacer plenamente a nuestros clientes. Para ello, deberemos dar valor a nuestra oferta a través de determinados valores:
Cuantitativos: el precio del producto, la calidad, reducción de costes, rapidez del servicio, etc. Cualitativos: novedad, diseño, personalización, comodidad, experiencia de usuario, etc.