al trabajar con propósito, ya lo dejó más motivado. Ya no llega por la mañana para despertar con ese cansancio y ya no quiere ir a trabajar, no. Ya no tenía esos malos sentimientos los lunes. Ya no estaba solo esperando los fines de semana, sino que ya despertaba pensando, ya despertaba feliz pensando en ir a trabajar porque sabía que iba a poder ayudar a las personas a hacer su trabajo voluntario.