No me había percatado del impacto que tenía en mí estar rodeado de personas negativas y pesimistas. Sin darme cuenta, empecé a adoptar esa misma mirada: enfocándome únicamente en los problemas y quejándome de cómo estaban las cosas. En lugar de buscar soluciones, me quedé atrapado en una narrativa limitante.
Hoy decido cambiar ese enfoque. Comienzo a tomar responsabilidad sobre lo que sí puedo controlar, enfocándome en acciones concretas para mejorar mi vida y asegurarme de que cada día cuente. El tiempo no solo pasa, se construye. Y ahora, elijo construir con propósito.