Esta clase me hizo dar cuenta de que muchas veces estoy ocupado, pero no necesariamente enfocado. La pregunta de enfoque “¿Cuál es la acción principal que puedo tomar para que, al hacerlo, el resto se vuelva más fácil o innecesario?” me pareció una herramienta muy útil para organizar mis prioridades de verdad.
Tomándome un momento para pensar en las distintas áreas de mi vida, noté que en la parte de salud física y mental, por ejemplo, lo que más impacto tiene es dormir bien. Si logro mejorar mi descanso, todo lo demás (concentración, energía, humor) se vuelve más fácil de manejar.
En la parte financiera, lo que más me serviría ahora es controlar mejor los pequeños gastos. Si automatizo ese control, voy a ahorrar más sin tener que estar pensando todo el tiempo en eso.
Creo que la clave está en elegir bien esa acción principal y ser constante. No se trata de hacer mil cosas, sino de hacer lo que realmente hace la diferencia.