Vida espiritual: Dedicar tiempo diario a la meditación, la reflexión o la oración, lo que te proporciona paz interior y claridad para enfrentar otros desafíos. Salud física y mental: Priorizar el ejercicio, una alimentación saludable y el descanso adecuado, lo que te da energía y estabilidad emocional. Vida financiera: Establecer un presupuesto o plan financiero sólido que te permita reducir el estrés relacionado con el dinero y crear una base estable. La vida emocional: Fomentar relaciones saludables, aprender a manejar el estrés y buscar momentos de alegría y satisfacción personal.