LLegar a un nivel de retención y aprendizaje con el plus de recordar prácticamente todo lo aprendido a pesar del tiempo sería excelente, para retener efectivamente lo que aprendemos, es imprescindible repasar ocasionalmente, revisar periódicamente lo estudiado o aprendido con anterioridad, diversificar las formas de repaso, y aplicar el conocimiento en contextos prácticos, es decir poner en práctica lo aprendido. Estas estrategias no solo combaten el olvido natural, sino que también transforman el estudio en un proceso más dinámico y efectivo. La clave para afianzar y consolidar el conocimiento adquirido conlleva desarrollar el hábito de la repetición o repaso periodicamente.